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Rusia suministrará a Siria sistemas antiaéreos S-300 en
el plazo de dos semanas como respuesta al derribo de su avión de reconocimiento Il-20, que costó la vida
a 15 de sus militares el 17 de septiembre. Así lo anunció el ministro de
Defensa, Serguéi Shoigú, este lunes en una aparición televisiva para explicar
la posición rusa. Las medidas divulgadas por el ministro equivalen a un
estrechamiento de la colaboración con Siria, que evoca la relación de aliado
que existió entre la URSS y Damasco desde 1956.
Aunque fueron las baterías antiaéreas sirias (S-200
suministradas por Moscú) las que abatieron el IL-20 ruso en ruta al aeródromo
de Hmeymin, cercano a la base de Latakia, Rusia culpa del siniestro a Israel
por no haber avisado con anticipación de las actividades de sus cazas F-16, uno de los cuales habría utilizado como escudo
el avión ruso (más vulnerable por su mayor superficie) para protegerse del
fuego sirio.
“De acuerdo con la orden del presidente de la Federación
Rusa”, el ministro Shoigú anunció que Rusia entregará a Siria “sistemas de
misiles antiaéreos modernos S-300”, capaces de interceptar ataques aéreos a una
distancia de más de 250 kilómetros y al mismo tiempo alcanzar varios objetivos
aéreos”. Estos sistemas, por estar protegidos contra las interferencias y por
su velocidad, “incrementan sustancialmente las capacidades bélicas del sistema
antimisiles sirio”, dijo el ministro. El alto funcionario subrayó que en 2013,
a petición de Israel, Moscú suspendió el suministro a Siria de sistemas S-300, que
estaban ya preparados para su envío y para los cuales había sido formado ya
personal militar sirio. “La situación hoy ha cambiado. Y no por nuestra culpa”,
sentenció Shoigú
Además, Rusia instalará sistemas de dirección automáticos
en los puestos de mando de las agrupaciones y unidades de defensa antiaérea
siria. Estos sistemas se suministran (actualmente) solo a las Fuerzas Armadas
rusas, subrayó el ministro. Esto “garantizará la dirección centralizada de
todas las fuerzas y medios de defensa antiaérea de Siria, la vigilancia de la
situación aérea y la rápida formulación de tareas”, dijo Shoigú, según el cual
“lo más importante es que se garantizará la identificación de todas las
aeronaves rusas por parte de los medios antiaéreos de Siria”.
Actualmente, las fuerzas rusas cuenta con S-300 desplegados en la base naval de Tartús, en el
la costa mediterránea siria. Los S-400, más modernos, operan en la base aérea de Hmeymin.
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